Flores En El Ático

Si hablamos de adaptaciones literarias, a través de los años hemos entendido que, por la agilidad que debe representar un material literario a uno audiovisual, ciertas partes del libro deben ser sacrificadas. No soy alguien purista que defienda a capa y espada que todo lo que venga en el libro se plasme en la pantalla grande, pues le deja muchas cosas a la imaginación y es siempre un buen ejercicio leer, pero también entiendo que si se usa un libro para adaptarlo, es imperdonable que el producto final difiera tanto del original que la propia historia termine sin pies ni cabeza.

Esta es la triste historia de un libro llamado Pétalos al viento, segunda parte de la saga Dollanganger, escrita por V. C. Andrews. Si no han leído los libros corran a hacerlo, pues es de las sagas más sentimentales y dramáticas jamás escritas. Para resumirles, los Dollanganger son 4 hermanos que sufren todo tipo de crueles humillaciones y maltratos por parte de su madre en su afán de volverse rica, y terminan huyendo de ella. Así, inician una vida de la mano de un tutor, mientras se ven obligados a enfrentar todo eso que nunca les enseñaron sus padres y aprendieron por sí mismos.

No hablo más del argumento de la película por que se desvía tanto del libro, que ni siquiera la terminé de ver. Y aunque no hubiese leído los libros (como mi acompañante), tampoco entenderán el filme. Insulso, mal actuado, pésima dirección y pésimo guion. Y aquí retomamos el tema de las adaptaciones. El filme empieza prácticamente cuando el libro fuente ya ha narrado más de la mitad de sus páginas. Y el resto del metraje divaga en cosas que en la historia no aparecen, y que por lo tanto, no tiene sostén alguno, no tiene justificación y sólo hace que la película es un completo y aburrido tedio. Y la primera parte, Flores en el ático, no fue tan mala, hacía soñar con buenas adaptaciones a pesar de que no cuenta con un nombre grande de Hollywood. Pero así es como se echa a perder un producto excelente. Cambiando todo sin sentido alguno.

Calificación.