El deporte por excelencia en México es
el fútbol. Quien no ha jugado durante el recreo con un bote de plástico y armó
sus porterías con algún suéter o las mochilas o pateado una piedra mientras iba
caminando por la calle.
Gran parte de nuestra infancia, muchos
pertenecieron a equipos de fútbol llanero o rápido sintiendo pasión por meter
un gol o lograr tener un gran desempeño de nuestra posición teniendo como
resultado rodillas raspadas y caras llenas de tierra, sin embargo ¿en qué momento
se dejo de sentir pasión por jugar y se empezó a volver un tema de moda no solo
en México sino alrededor del mundo?
El uso del fútbol como moda ha marcado
un parteaguas para la comercialización no solo de uniformes, tacos, tenis,
banderas, nombres de jugadores que antes solo se dedicaban a jugar y ahora
venden trajes, bebidas, relojes y todo tipo de productos. Quizá sea por la
identificación y ganas de superación al saber que los futbolistas ganan miles
hasta millones por año en muchos casos terminando su carrera de forma mediocre,
cuando antes lograban convertirse en leyenda por sus jugadas.
¿Acaso actualmente los mismos
jugadores y máximos exponentes de este deporte te ven involucrados en excesos y
escándalos? (uno de los casos más mencionados tenemos el de Diego Armando
Maradona quien se vio involucrado en drogas dejando del lado la pasión y
entrega con la que comenzó jugando)
Al día de hoy, pocos niños quieren
jugar solo por el gusto de jugar ya muchos buscan ser millonarios y tener esa
vida llena de lujos, pero realmente todo conlleva una responsabilidad,
perseverancia y sobre todo entrega física, mental y personal. Tal vez el
evidenciar los excesos y problemas que trae la fama sea también una forma de
hacer notar que no todo es una vida de ensueño que quienes logran llegar a esa
meta deben tener presente siempre convicciones para no caer en la tendencia de
ser solo jugadores de moda y demostrar que esa pasión con la que patearon su
primer balón es determinante para continuar logrando inspirar a un nivel futbolístico.
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