En el día a día, es
habitual acudir a determinadas estrategias y métodos con la intención de
conseguir nuestros propósitos, o como se dice: "salirnos con la
nuestra". Y una de las técnicas con la cual se puede lograr ese objetivo, es a través de la persuasión, la cuál es
esencial en el funcionamiento de la publicidad porque la persuasión se genera
tanto por medio de argumentos racionales como por emociones irresistibles que
generan una creencia y una compulsión a actuar.
A través de los años, el uso estratégico de la lengua en la
publicidad ha ido convirtiendo al ser humano de sujeto a un simple objeto de
consumo. Este uso ha permitido que se lleven a cabo simultáneamente dos tareas
opuestas: la de convencer a las personas de que se les está promoviendo a niveles
de libertad y felicidad, al mismo tiempo que se les somete a un implacable
dominio.
El
objetivo de toda campaña publicitaria es la persuasión. Los anuncios están
diseñados para que las personas emprendan algún tipo de acción, ya sea comprar
un producto o votar a un político.
La capacidad de persuadir no la logra cualquiera. Son pocos
los que tienen las habilidades necesarias para influir en los demás y
convencerlos de algo. No tiene que ser algo malo, como ocurre en el caso de la
manipulación. Puede ser algo en beneficio mutuo, aunque no necesariamente
justo. La persuasión admite la ganancia personal.
En términos técnicos, la persuasión es la capacidad de
lograr mediante canales de comunicación audiovisuales la transmisión de
sentimientos, datos y razonamientos que influyan en la postura del otro hacia
un evento, idea, objeto o persona. Esto puede aplicarse tanto en individuos
como sobre masas de público, donde el persuasor busca ocupar el lugar de un
líder o guía.
TIPOS
DE PERSUASIÓN
- Persuasión sistemática
Actúa mediante el aporte de
información extensiva que tiene el objetivo de crear o modificar creencias,
actitudes e intenciones. El receptor adecuado para los mensajes que se
encuentran en este paradigma es aquel que está dispuesto a obtener, evaluar,
ponderar y comparar informaciones ceñidas a los valores funcionales de los
productos, todo ello con el propósito de llegar a una elección de productos con
el máximo de racionalidad.
- Persuasión heurística
Este paradigma nace a
partir de la evidencia cada vez más notoria sobre las limitaciones de los
receptores para procesar las informaciones públicas y el desarrollo
consiguiente en ellos de estrategias simplificativas de cognición, evaluación y
decisión. Tales estrategias se aplican no solo a productos de baja implicación
sino también a productos de mayor importancia.
Las razones de este tipo de procesamiento heurístico son
tres órdenes limítrofes en la Motivación, Oportunidad y Capacidad personal de
análisis de la información. En caso de tener alguna o las tres limitaciones, el
individuo es propenso a utilizar claves simples de evaluación y decisión, y en
consecuencia, uno de los caminos para la publicidad consistirá en sustituir la
información, los argumentos y las pruebas por dichas claves, a diferencia de lo
planteado por la teoría sistemática.
- Persuasión en clave afectiva
Comparte elementos con la
persuasión heurística (aunque muy simplificada) como base persuasiva, aquí
destaca que la persuasión nace de principios fundamentalmente afectivos.