El
diseño de la identidad gráfica de México 68 tuvo un gran significado dentro de
las tendencias de diseño e innovación en sus expresiones. El origen del cartel
de los juegos olímpicos de 1968, se basó en la artesanía huichol “lazos de
estambre pegados con brea sobre una tabla de madera”. Utilizando líneas
paralelas que se extendieron hasta llegar al marco del cuadro.
Está
innovación dentro del diseño es por que se quería romper con la imagen que se
tenía en las olimpiadas anteriores donde se había utilizado la figura humana en
escala de grises. Se utilizó la misma filosofía poniendo en el entorno la
simbología en todos los lugares donde los atletas o la gente tenían contacto
con las Olimpiadas, cómo lo es Villa Olímpica y los anuncios o carteles en la
calle.
Cada
sede adquirió un color que se volvió representativo; asimismo, cada boleto
tenía su color. La imagen proporcionaba una identidad visual, es decir, buscaba
darse a conocer y que se pudieran reconocer y memorizar a través de símbolos
visuales, por lo que se decidió llevar el color a las olimpiadas, ya que
nuestro país está lleno de colores; usando 20 colores como base, -el verde para
el atletismo, el lila para la gimnasia, etc.- además de cambiar los símbolos:
se redondearon las líneas para que fueran mucho más agradables a la vista.
En
la búsqueda para lograr crear un concepto gráfico y dar la idea de un México
más moderno, el encargado del proyecto fue Lance Wyman, teniendo a su
cargo un equipo de diseñadores nacionales y extranjeros. En México no había
educación formal al respecto ya que en los años 60’s el diseño gráfico era
todavía calificado como un lujo, lo que quiere decir que no había como tal una
carrera de diseño gráfico.
Una
de las ideas principales que Wyman usó para el desarrollo de la imagen gráfica,
fue reflejar la riqueza de la cultura Mexicana en vez de usar elementos
gráficos que estuvieran de moda, y para esto se hizo un estudio exhaustivo de
elementos prehispánicos y del arte popular mexicano. El resultado fue una
combinación de motivos huicholes con tendencias hacia el op-art, como podemos
ver por la repetición de líneas múltiples que forman patrones, complementándolo
con el empleo de colores brillantes, los cuáles Wyman consideraba
característicos de la cultura Mexicana.
Dentro
del ámbito del diseño gráfico se crearon distintos objetos con la imagen de las
olimpiadas, teniendo todo un sistema de señalización, posters y demás material
complementario para el evento. Con esto, la imagen lograda por los mexicanos
contrastaba fuertemente con lo presentado en Tokio 64, logrando un sistema de
comunicación que iba más allá de medios impresos y señalamientos, reflejándose
también en vestimentas y en el diseño urbano.
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