El albur es una forma de expresión
tradicional que se da especialmente en México. Generalmente se utiliza cuando
se está entre amigos, compañeros de la escuela, trabajo o en reuniones
familiares. La mayoría de los mexicanos saben por lo menos uno que otro albur
para no ser víctima de quien busque dejarlos como "su patiño"; lo que
destaca a quienes son albureros es su capacidad de creatividad y reacción
instantánea, pues no hay una forma de
predecir que te responderán.
Aunque hace años el albur se consideraba una
forma de expresión de personas de escasos recursos o de clase baja, debido a la
gran cantidad de groserías, actos o palabras con uso peyorativo, actualmente el
albur es considerada una de las características de todo buen mexicano
(principalmente de las personas que viven en el Distrito Federal) a nivel
internacional, a tal grado que en el año de 1998 se realizó el Concurso
Nacional del Albur en la ciudad de Pachuca Hidalgo, el organizador responsable
es la Fundación Arturo Herrera Cabañas A.C. con apoyo del Fondo Nacional para
la Cultura y las Artes, teniendo desde albañiles hasta profesionistas en cada
edición del concurso.
Dentro de esta expresión se tienen reglas
que, aunque no son oficiales, cualquiera que se considere buen alburero(a) sabe
y sigue:
·
Evitar que el contrario pueda contestar lo que se le dijo.
·
Utilizar el verso rimado en vez de la prosa.
·
Los versos deben ser nuevos y relacionados con una situación
diferente a la que se trata en la realidad, ésta siempre o casi siempre de
índole sexual. Por ejemplo, la frase: "Techo blanco."
·
Se pueden incluir ademanes, gestos, expresiones gráficas,
escritas e incluso sonoras no lingüísticas como el silbido. Aunque como
lenguaje de palabras es poco factible, ya que el duelo se hace con mucha
frecuencia sin mirarse mutuamente los contrarios.
Las reglas
oficiales del Concurso Nacional del Albur son:
·
No se puede insultar directamente al contrincante.
·
No se pueden utilizar palabras groseras, lo que es causa de
descalificación inmediata.
·
Se debe contestar el albur en menos de cinco segundos o se
pierde.
·
No se puede repetir un verso.
Las reglas como tal no siempre se siguen pero
es una base para poder mantener un buen nivel del alburero o alburera, esta
forma de expresión no es única y exclusivamente para los hombres ya que en el
barrio bravo de Tepito se encuentra Lourdes Ruíz Baltazar que es considerada a
nivel nacional e internacional como la reina del albur y cómo ella misma ha
declarado:
“La regla
número uno es no decir una sola grosería. No, el albur está confundido –y dije
“confundido”, no “con fundillo”–. No: el albur no es la leperada. Miren, una
mentada de madre hasta el más tonto la entiende... pero un albur fino, es
difícil y no cualquiera lo agarra”
Es así como el albur ha sido de alguna forma
estigmatizado con el uso de las groserías que realmente deben ser pocas o nulas
dentro del buen uso del albur y apelar sobre todo al doble sentido de las
palabras y la construcción de frases que deben ser creativas y poner en cuatro
a quien se le dice.
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