Los niños que ya no salen a jugar.

Desde hace varios años los parques ya no se llenan como antes, entre semana se ve

vagabundear a pequeños infantes que circulan a cortos instantes por los adoquinados, el rechinido de los columpios abatidos por el tiempo producen un eco impactante como el peligro de esa oxidada y ladeada resbaladilla. ¿Desde cuándo los niños ya no salen a jugar?

¿Será que los crecientes avances tecnológicos inhiben las ganas de salir de casa?  Rosa, madre de un hijo cuenta como prefiere que su hijo se quede encerrado jugando  videojuegos antes de salir: - En mi colonia, las áreas verdes están feas, no tienen bien donde correr. Capaz se cae y se encaja algo,  ve tú a saber- El gobierno del Estado de México se ha comprometido a restaurar las áreas verdes de por lo menos el 30%, pero  en algunos municipios aún no llega el apoyo monetario, además que las condiciones de la mayoría de los parques se ven dañadas por los cambios climáticos, o personas que no le dan el uso correcto.

Kevin hijo único señala – No dan ganas de salir, todo está bien feo, es aburrido, todos mis vecinos ya son mayores, además me la paso hablando con mis amigos por face- A pesar de que Kevin cuenta con 10 años de edad tiene Facebook, en este año la red social con más número de usuarios, y que señaló que todos los menores de 13 deben contar con el permiso de sus padres para participar en esta red.

            Otro factor que propicia que los niños no salgan es la inseguridad. Un informe de la Fundación Nacional de Investigaciones de Niños Robados y Desaparecidos revela que existen 45 mil niños que se informan como desaparecidos, y las cifras del último año revelan que de tres a cuatro niños se pierde cada hora en México. La señora Rosa nos comenta- Si la ves pasada ya se lo andaban queriendo llevar, justo enfrente de mi, se me pierde y yo que hago sin él, además por tu casa puro vago. Mejor encerrado viendo la televisión.

            Mientras los problemas grandes afecten los momentos de esparcimiento de los niños, estos no tendrán otro remedio para que jugar en los recreos de la escuela, o como Kevin lo señala - Rogar porque me enseñen a jugar los encantados o que la vecina de enfrente no me borre el avión.