Al chile le entramos todos

En este mes de septiembre, uno de los elementos básicos en la gastronomía mexicana es el Chile.  Descubierto en América con Cristóbal Colón, este fruto posee una amplia variedad de tamaños, formas y colores,  y que ya era ocupado por las culturas antiguas del continente aunque tenía diferentes nombres según la región.  Algunos de sus nombres son aji en Sudamerica y pimiento en Europa.

Aunque ya es utilizado en todo el mundo, los mexicanos tenemos fama por consumirlo como acompañamiento para casi cualquier comida y tener bastante tolerancia a su picor. ¿O acaso unos tacos sin salsa siguen siendo tacos? Para algunos sí, pero gran parte de la población prefiere tener un sabor especial que lo haga sudar un poco, pero a fin de cuentas, disfrutar sus alimentos.

Rajitas de chile jalapeño

Así que, comencemos por explicar que el “sabor” del chile no es un sabor, recordemos que existen cuatro sabores que las papilas gustativas, ubicadas en la lengua, pueden reconocer: dulce, amargo, ácido y salado. Lo que sentimos al comer chile se trata de una irritación en las papilas, pero entonces podríamos ser un poco masoquistas pues en algunas ocasiones seguimos comiendo chile al grado de sudar,  cambiar de color o llorar.

Pero independiente de las creencias populares que hay acerca de este alimento, recurrimos a nuestro chef de cabecera Abraham Gómez Maldonado, para que nos explique algunos de los beneficios del chile y nos ayude a resolver la gran incógnita: ¿por qué nos gusta tanto el chile si pica?

Abraham nos explica que el Chile, como aportación nutrimentos, nos da vitamina C y algunos antioxidantes. Su característico sabor se debe a la capsaicina, componente que se encarga de estimular el apetito pero a su vez saturar a las papilas gustativas que piden continuar con el consumo de chile.

El nivel de picor que puede ocasionar algunas especies de chile,
del verde el menos picante al negro, sólo los valientes los consumen.

Pese a la explicación científica que nos pueda dar nuestro especialista, la mayoría de la gente dice que consume chile porque le da sabor a la comida, algunos fueron acostumbrados desde niños a consumirlo y otros poco a poco adquirieron el hábito y por lo tanto su tolerancia ha ido aumentando paulatinamente en algunos casos.

Ya sea fresco o seco, el chile se encuentra en un gran número de platillos mexicanos, tales como el mole, las rajas, las salsas y para este mes patrio que se aproxima, cómo olvidar los chiles en nogada que ya están disponibles en gran parte de restaurantes.

Tanta ha sido la popularidad del chile que muchos dulces han cambiado el sabor que ofrecían tradicionalmente por algo con chile, contamos con infinidad de salsas según la especie de chiles utilizados e incluso ya enlatadas para ahorrarnos la molestia de molerlos en casa.

Sin embargo, alrededor de este fruto giran muchas creencias populares como que el shampoo de chile ayuda a crecer el cabello (falso) o que puede provocar gastritis, aunque si bien sí es un irritante, no es verdaderamente la causa de que muchas personas la padezcan. Por otro lado, algunas creencias son ciertas, como que el chile ayuda para los resfriados debido a contener vitamina C o que funciona como desinflamatorio natural debido a la capsaicina.

Ahora tenemos más razones para consumir este picoso pero delicioso alimento básico en la dieta de los mexicanos.