Como todas las palabras no conocen género, clase social,
raíz o sujeto e incluso edades; de la misma
expresión Güey se derivan: huey,
wey, we, y depende de qué boca y qué
forma es en la que se diga, sonará escupida o dedicada con cariño. “Es la forma
de mostrar confianza.
Yo le digo wey a mi pareja. La primera vez fue como no queriendo pero ella lo tomó con naturalidad” Ernesto, de 25 años, se casó a los 17 y con 2 hijos, consiguió trabajo de acomodador en liverpool de Perinorte.
Yo le digo wey a mi pareja. La primera vez fue como no queriendo pero ella lo tomó con naturalidad” Ernesto, de 25 años, se casó a los 17 y con 2 hijos, consiguió trabajo de acomodador en liverpool de Perinorte.
La
Academia Mexicana de la Lengua delimitó el origen de güey como una deformación de buey que se utilizaba
para calificar a la gente de imprudente. En la 22° edición de la Real Academia
Española, se reconoció el término güey
como un adjetivo de origen mexicano para referirse a una persona tonta o
alguien que ha tropezado.
“Aquí
encuentras cómo de mimadas ricachonas salen los chales y los clásicos osea we”
Anna lleva seis meses trabajando, en un Julio conoció la palabra wey a los 10
años en el 2001 gracias a un programa de televisión llamado Big Brother
“después de las caricaturas pasaban en el cinco como vivían, normalmente lo
decían los de monterrey o eso recuerdo” al norte de la república se le reconoce
por su entonación y la contracción de las palabras en las formas cortas como se
pronuncia y se escribe, así como el encuentro en determinadas preposiciones con
los artículos además de utilizar un seseo o acentos particulares de la región.
“Yo no
entiendo me salen con el wey de la vecino o el vecino es un wey, pa mi es
igual” Juana es mamá y tía de cuatro adolescentes “se tratan de web. Antes solo eran hombres pero hasta a la beba
le dicen que está bien wey por tener un hijo” al ser una palabra con tantos
sinónimos es esa ambigüedad la que provoco enfrentamientos en su uso, no se le
considera como insulto por sus características calificativas, pero tampoco su
uso tiene un efecto positivo dependiendo del círculo.
Lo que
empezó como una moda, pasó a ser un vocablo de contenido incomprendido con poca
tolerancia y descalificado por varios a la aceptación en la nueva práctica, ya
sea porque los futuros a ser adultos, le tienen apego o conocimiento el “Güey”, éste dejo de ser un bobino para transformarse
en un sujeto que deambula entre nuestros vocablos.
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