Si la fe mueve montañas, la virgen de
Guadalupe mueve a todo un país: México.
Replica de la imagen que se muestra en la Basílica de Guadalupe. Dicen que la imagen esconde muchos secretos. |
La historia es muy antigua, para
algunos, esta deidad viene del México prehispánico con Coatlicue o Tonantzin diosa asociada a la
tierra y la fertilidad. Por ello era
conocida como madre, a la cual se le brindaba culto precisamente en el cerro
del Tepeyac.
Este es el mismo cerro que fue
escenario de la versión milagrosa de esta virgen. Una mujer morena con manto
verde estrellado hizo su aparición frente a un indio, Juan Diego, solicitando
que creyera y enviara un mensaje al obispo Juan de Zumárraga. Como prueba,
entregó unas flores que no eran propias de esa tierra, las cual el indio guardó
en su ayate, y al llegar con el obispo en este manto apareció la imagen de la
virgen, imagen que se supone está en la basílica. Esta es la historia a grandes rasgos que se narra en el “Nican
Mopohua”.
Aparición de la Virgen de Guadalupe |
Sea cual sea la versión, lo que es
innegable es la huella que esta mujer ha dejado en los mexicanos y en algunos
extranjeros también. Personas que cada año hacen un largo viaje al recinto
sagrado solo para poder agradecer el milagro.
Muchos son los atractivos de la Basílica de Guadalupe, como sus rosas y
jardines, su arquitectura entre las dos iglesias, las capillas, el cristo
doblado, las esculturas y el museo compuesto por los obsequios y homenajes que han hecho varios visitantes a
la Virgen de Guadalupe.
La “Emperatriz de México” como
también se le conoce, reúne en su casa a cerca de siete millones de visitantes
cada año para celebrar su cumpleaños el 12 de diciembre. Un festejo que
comienza en la madrugada con las tradicionales mañanitas.
No es de sorprender que se realicen
este tipo de festejos, pues independientemente de la naturaleza del mexicano
por festejar por todo, como bien decía Octavio Paz, dentro de la religión
católica, a todos los santos se les asignó un día del año, (el santoral).
Algunas localidades con una fe específica sobre algún santo lo hacían su patrono
y por lo tanto también realizaban grandes fiestas en su honor.
Pero la virgen de Guadalupe no se conformó con una pequeña zona
geográfica, ella reina toda la República Mexicana y un poco más allá (existen
dos basílicas en su honor fuera de México) . Tanta es la devoción que no
importa donde vayamos, si es dentro de una casa o en la calle, siempre
encontraremos un altar dedicado a ella, con sus respectivas flores y veladoras.
Puede que no esté sola y comparta espacio con algún otro santo como comúnmente pasa
con San Judas Tadeo, pero ella es la principal.
Por ella, miles de personas
atraviesan el paìs a pie o en bicicleta; el dolor y el cansancio no se comparan
con el amor y esperanza que aquella madre infunde en ellos. Entrar de rodillas
y atravesar el atrio o subir los casi 200 escalones del cerro son cosa de verse casi todos los días, personas que pagan
una manda, agradecen un milagro etc. Ni
un solo día del año faltará gente en su hogar.
Seguramente la réplica de su imagen
es la más utilizada para los calendarios, las oraciones para las puertas de las
casas y el recuerdito en llaveros y oraciones de cartera donde una imagen
representa toda la fe que puede tener una persona para que nada malo le pase.
Cada quien tendrá santos preferidos,
ahora sí que según la necesidad que se tenga. Pero no cabe duda que esta mujer
que llegó en el siglo XVI, que ha prometido cuidar de todos los mexicanos y
quienes crean en ella, además de ser su madre es la más querida. La fe ciega en
una mujer desconocida que logró conquistar a México mucho mejor que los
españoles, el capitalismo o la globalización. La reina de México.
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