La caricatura, desde sus
comienzos ha sido una manera efectiva de transmitir un mensaje, de expresarse
libremente en un lenguaje universal y conseguir alguna sonrisa involuntaria.
Comenzaron en papel y hasta la fecha está presente en los televisores; sin embargo,
el impacto de una caricatura ha trascendido.
La
caricatura ha evolucionado y ha tocado
temas tan diversos que ha llegado a convertirse en una herramienta pedagógica,
¿pero todos los dibujos animados tienen alguna enseñanza?
Algunas
caricaturas que observamos por televisión van dirigidas a todo público y
algunas otras van hacia sectores tales como los niños o adultos. La famosa
serie de Los Simpsons por ejemplo, conserva un poco del origen de la caricatura
periodista por lo que presenta un poco de burla hacia algunos acontecimientos o
hechos históricos que sólo personas con el suficiente conocimiento logrará
entender; como esta podemos encontrar caricaturas para todas las edades cuyo
único fin es el entretenimiento.
Por
otro lado tenemos una amplia oferta de caricaturas creadas principalmente para
enseñar valores y reforzar conocimientos aprendidos en casa y en la escuela.
Valiéndose de personajes simpáticos, coloridos o incluso extravagantes (que en
ocasiones no sabemos ni que son), productoras han buscado a lo largo de los
años maneras de crear contenido útil para los niños, ejemplos de ello son Plaza
Sésamo, Dora la Exploradora o Pocoyó.
Cantinflas Show fue una serie animada por Televisa en la década de los 70
en la que el emblemático actor mexicano caricaturizado viajaba por el mundo y la historia.
Los contenidos de estas series animadas
buscan reflejar los intereses y necesidades de la sociedad, transmitir valores
y conocimientos básicos, fomentar la
imaginación, ser fuente de aprendizaje de una o más lenguas y una de las más
importantes es la creación de identidad.
Esta última razón es la que me lleva a
considerar la importancia de las caricaturas en la educación, pues como padres
se debe estar atentos al tipo de contenidos al que un niño es expuesto, ya que
puede haber momentos en que sea necesario algún tipo de orientación.
La mayoría de las caricaturas
infantiles, aunque sean de entretenimiento intenta presentar algunos valores,
tal es el caso de Bob Esponja que con historias simples puede mostrar la
tolerancia, pero en el sentido de modelos a seguir para la formación de
identidad esta misma caricatura sería un mal ejemplo debido a lo tontos,
gruñones o avariciosos que pueden ser los personajes.
Es así que las caricaturas más que
enseñar números, letras o los valores como el respeto, la solidaridad, la
amistad entre muchos otros, repercute principalmente en la formación de
identidad. No es de extrañar que algunas palabras o formas de actuar sean
obtenidos por este medio, somos un cúmulo de lo que vemos a nuestro al redor.
Sin embargo, no se debe delegar la
obligación de educar a estos programas por muy educativos que sean.
Me parece muy interesante todo pero no entiendo porque el cambio en el tamaño de letra.
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