La telenovela es producto seriado que posee un relato y
un hilo conductor, es uno de los productos comunicativos más explotados por la
industria cultural mexicana. Televisa y TV Azteca, por más de 30 años, han
apostado al género del melodrama para presentar una gama de contenidos,
personajes y temas en donde existe una constante en torno a ellas.
Desde sus inicios, el melodrama de la
telenovela mexicana ha captado la atención del espectador, en su mayoría mujeres,
quienes observan en el relato la lucha entre la buena y la mala, problemas de
pareja, noviazgos, historias de amor, propagación de valores humanos,
reencuentros e identidades ficticias con tintes casi “reales”. Temas y
contenidos propuestos por las industrias culturales a través de imágenes y
símbolos que penetran en los espectadores, alimentan su alma y les proporcionan
referentes a su vida real, además de la idea de que todo es posible.
La recepción de las telenovelas encontramos
dos tipos de discursos principales: el personal y el de clase. El discurso
personal contempla una asociación e identificación personal con la familia, la
comunidad y ciertos papeles de las mujeres. El drama amoroso es el eje central
en todas las novelas. De ahí, la identificación de las audiencias especialmente
femeninas la telenovela y su interés por
éstas. Otros temas se hacen presentes en la telenovela: la familia, el sexo y
los conflictos emocionales; la forma como la audiencia los percibe es muy
parecida. Aquí se eliminan las diferencias de clase y de género. El discurso de
clase, producto de la estratificación social se caracteriza porque está ligado
a la cultura material y manifiesta la estética, el gusto y los hábitos de las
clases sociales.
En las telenovelas el ascenso social es un
elemento central en la narrativa y estimula la identificación entre mujeres de
bajos recursos económicos. En este sentido surge una ambigüedad entre las condiciones materiales
de la audiencia femenina y los valores que se promueven en las telenovelas,
tales como: el ascenso social, la riqueza material, la posición social, el
prestigio. De este tipo de discurso se derivan lecturas de la realidad como el
conformismo social, la idea de la existencia de obstáculos para alcanzar
ciertas metas, sin faltar una constante lucha por mejorar. El discurso de la
telenovela refleja un discurso ideológico dominante. Muestra los valores de una
clase social y se filtran elementos étnicos y culturales.
La
televisión y la telenovela fomentan la creación de una esfera social en el
hogar de la mujer. Ellas, al resignificar lo que han observado a través del
televisor, construyen prácticas culturales, usos, costumbres y articulan modos
de vida, estableciendo una nueva realidad cultural, bajo la cual viven las masas
urbanas en América Latina, hoy en día.
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