Mucho se ha criticado y estudiado a la familia como el
fundamento de la educación de cualquier persona; los valores y las habilidades
sociales dependen de lo que se aprenda en los primeros años de vida. En la
actualidad tres factores son los pilares de la educación: la familia, la
escuela y los medios de comunicación.
Por experiencia, además de varios estudios,
se ha demostrado que el núcleo familiar en el que nos desarrollamos es el
primer paso para poder convivir en la sociedad, por lo que en él aprendemos a
comunicarnos e interactuar con los demás, nos enseña las jerarquías y los muy
mencionados valores, para ser una “buena persona”.
El siguiente paso es la escuela, algunos
temerosos que no desean separarse de lo ya conocido, lloran a su madre en la
puerta del colegio y otros son más aventureros y ansiosos de conocer a sus
semejantes. Cada uno tendrá sus razones y estará a su modo consciente de lo que
sabe, pero no preparado para lo que enfrentará.
La escuela nos aporta todo ese bagaje que nos
cuesta kilos de libros en la espalda y años aprender, pero por otra parte, es
el primer momento en que nos las arreglamos nosotros solos y ponemos en
práctica lo aprendido en casa.
Algunos tendrán éxito, a otros les costará
adaptarse, todo dependerá del paso anterior. Pero si creíamos que enfrentarse a
la escuela era un problema, estábamos en un error. Hay un tercer factor
involucrado en nuestro desarrollo: los controversiales medios de comunicación,
especialmente la televisión.
Como se mencionó en artículos anteriores, la
televisión tiene varios programas que intentan ser un reflejo de la sociedad,
por lo tanto nosotros deberíamos ser capaces de distinguir los buenos ejemplos
de los malos, lo real de la ficción. Sin embargo, a esa edad nuestra
experiencia en el mundo aún es limitada por lo que sin preocupación retomamos
muchas cosas que vemos en la pantalla y las implementamos en la vida diaria.
Desgraciadamente en muchas ocasiones la
"nana" televisión nos proporciona más información de la que podemos
entender y copiamos actitudes que no deberíamos porque no corresponden a
nuestra edad, por lo tanto, no encajan con lo que hemos aprendido en la escuela
o en la casa, incluso llega chocar con este conocimiento previo y hasta
premiarlo
En muchas ocasiones los padres o maestros se
espantan o les llegan a causar gracia las actitudes y acciones que realizan los
niños, pero si fueran más cuidadosos con lo que los pequeños miran en
televisión y tuvieran una guía para aprender a verla, como en ocasiones se ha
planteado con educar para los medios, tal vez podrían conservar la inocencia
que está a punto de expirar.
No está mal que a lo largo de la vida vayamos
aprendiendo de la familia, de los compañeros, profesores y medios, pero debemos
aprender a valorar y descartar lo que es útil de lo que no y considerar la
razón de por qué retomamos tal o cual hecho. Tal vez eso lo aprenderemos con el
tiempo, pero si está en nuestras manos poder guiar a quienes tenemos cerca… No
por nada la educación es la base de todo.
Ahora que está tan de moda el bullying, hay que tener en cuenta que los padres son quienes tienen la mayor responsabilidad, o probablemente toda, pues además de la educación, son ellos los que se encargan de dejar que los hijos vean tal o cual programa y copien esas actitudes en un mundo a nuestras espaldas.
ResponderBorrarFaltaría analizar un poco más en cuestión de políticas educativas. Creo que es momento no sólo de mencionar al humanismo sino practicarlo como sociedad, voltear los ojos a nuestro comportamiento cada vez más inclinado al uso de tecnologías que permiten nuestro aislamiento como individuos, dejar de lado el uso de estereotipos creados por los medios para obtener grandes ganancias, no usar a las escuelas como guarderías, en suma debemos asumir nuestra responsabilidad en todas las etapas del proceso educativo de nuestros hijos.
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