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diciembre 16, 2014

Sonidos de la historia, los organilleros



Al recorrer las calles del centro histórico podemos encontrarnos con un sonido característico al compás de cielito lindo o las mañanitas que vienen de una caja de madera que funciona al girar una manivela con la inscripción Harmonipan al frente, estos son llevados y tocados por un hombre o una mujer vestidos con un uniforme color caqui, es así como podemos reconocer ver a los míticos personajes conocidos como organilleros.

Algunos de ellos comienzan el día desde las 7 de la mañana cuando van a recoger los organillos al lugar donde se los rentan por día, después cada uno se dirige a la zona en la cual tiene permiso de ubicarse así es como podemos encontrar a doña Martha frente al palacio de Bellas Artes o cerca de la Alameda central a veces acompañada de algún familiar y en otras ocasiones sola con su pequeña monita de fieltro a la que arregla con motivos patrios o según la fecha festiva que se acerque. Esto debido a que antiguamente los organilleros se acompañaban de un pequeño mono para poder llamar más la atención y entretener a sus escuchas.



Mientras toca cielito lindo nos platica cómo es el funcionamiento de los organillos que dentro llevan una bolsa de cuero que al girar la manibela mueve un rodillo en donde vienen grabadas las notas musicales y estas se logran tocar mediante unas pequeñas paletas de madera que emiten el sonido gracias al mismo aire de la bolsa de cuero, aunque pareciera sencillo tocar un organillo al intentar tocarlo se debe seguir un ritmo para que no varíe el sonido escuchándose lento, desafinado o muy rápido.

Es así como Martha nos cuenta que los organillos antiguamente eran para el entretenimiento de las familias acaudaladas o de buen estatus social, pero con el paso del tiempo han ido desapareciendo a quienes se dediquen a ser organilleros por las complicaciones de dinero, tiempo, ganancias, rentas y mantenimiento ya que al ser un instrumento antiguo quedan pocas personas que los reparen y afinen, sin embargo ella es feliz siendo organillera porque cómo ella dice “Es una tradición que no debemos perder somos parte de la historia de esta ciudad”


Y aunque no son exclusivos de encontrar en el centro histórico del Distrito Federal ya que también hay algunos en ciudades aledañas, sin embargo se han vuelto parte del paisaje urbano de la ciudad de los palacios que sino están presentes con sus melodías podemos sentirnos ajenos recorriendo esas calles repletas de historias en donde los organilleros detienen el tiempo con su música.






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